
Las aplicaciones en cuestión utilizan el protocolo HTTP, y uno de los datos que se envía se llama IMEI, pero que no es lo que se conoce por el IMEI del teléfono. No ha sido más que un mal entendido, por lo que se alguien ha dejado de utilizar su iPhone (que no me lo creo...), ya lo puede sacar del cajón.
Fuente: cruchgear
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